miércoles, agosto 23, 2006




MENSAJES EN UNA BOTELLA

Amparo Carballo Blanco

NÁUFRAGO

A este lado del mundo, uno va viviendo su pequeña vida. Busca sin saber lo qué busca. Uno es sólo uno y vive solo en su espacio limitado, consciente de que tanto su vida como su muerte no tienen importancia para los demás.
Casualmente uno se encuentra con otro y ambos se detienen y entretienen, intentando descubrir si la realidad de cada cual es verdad o mentira. Pero uno más uno, no son uno: son dos individualidades. No se pueden hacer de ellas un todo; pues la realidad es distinta para cada uno, y es casi imposible concordar voluntades o pareceres.
A veces, uno camina acompañado de otras soledades, transeúntes y coincidentes en el tiempo, pero con la sensación de haber perdido algo no encontrado. Uno se puede agregar a la compañía de otros, unisonar, mezclarse en el vértigo de estar vivos, hasta que llega la monotonía y entonces uno se desune y cesa el fuego. En la ruptura siempre se pierde algo de uno, y también se arrojan menudencias y despojos.
Uno y otro incuban olvido e indiferencia, continúan su búsqueda. La mayor parte de las veces, van la deriva, surcando las aguas del recuerdo que no conducen a ningún sitio, sólo dan vueltas en la cinta sin fin de la nada.
De repente, uno piensa que quizás, en otra parte del mundo, pueda existir un náufrago desconocido que también se busca a sí mismo en el otro. Y es entonces cuando, para salvar la distancia, uno lanza al mar de la vida mensajes en una botella, con la esperanza de que el otro los encuentre.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A este lado del mundo ha llegado el mensaje.

Anónimo dijo...

¿A qué lado del mundo?

Anónimo dijo...

Qué bueno el timepo y la corriente.
Lindo texto.

Un abrazo,

LR.