ENTREVISTA A LA ESCRITORA Y EDITORA AMPARO CARBALLO BLANCOPor Silvia García NogueiraCanal 4- Castilla y León tv.Me corresponde a mí la labor de presentar a la autora de este libro, Amparo Carballo. Que es escritora y editora a partes iguales, y las dos funciones las ejerce desde aquí, desde Ponferrada. La obra de Amparo Carballo tiene más que ver con la poesía que con la prosa y, hasta ahora, nunca se había acercado a la literatura juvenil. Aunque antes de publicar su primer libro de poemas dedicó su pluma a indagar en la vida del pintor (y también amigo), Norberto Beberide. Su primera experiencia literaria llega en el año 93, con la publicación de Tiempos en la misma voz. Desde entonces, los títulos se han sucedido de manera intermitente hasta llegar a las 15 obras que dan forma a su biografía. Tiempos en la misma voz, Maleficio de otoño, Aletheia, Sin otra luz y guía y Espejo de Alinde marcarían una primera etapa en la vida de esta autora berciana.En el año 2000, se produce un punto de inflexión con la creación de su propia editorial, junto con Helena Fidalgo, Ediciones Hontanar. A partir de este momento, Amparo Carballo se convierte en autora y editora. Fruto de esta experiencia son los títulos La sombra de las palabras, Palabras extraviadas, Agua en remolino, Los nombres impropios, El sapo ambicioso, Paraguito, El niño Gaspar quiso volar, El vencejo piquito y el poeta y Cuarenta mil palabras, el libro que hoy nos trae aquí.Como les decíamos, Cuarenta mil palabras es la primera incursión de Amparo Carballo en el mundo de la literatura juvenil. Es un libro fantástico (en el doble sentido de la palabra) que, además, sumerge a los lectores en el universo de la literatura.
—¿Cómo ha resultado la experiencia y porqué ha enfocado su última novela a este público? Ha sido toda una experiencia, un experimento divertido y doloroso a la vez. Es difícil encontrar un punto medio entre lo que el joven lector demanda y los libros que abren nuevos mundos. La escribí con la pretensión de comunicar algo estético, divertido y educativo a la vez.
—¿Qué esconden esas 40 mil palabras? ¿A qué se debe este título?
En esta historia no hay magos en apuros, pero sí magia. La magia de jugar con las palabras. De modo que Cuarenta mil palabras es algo más que un simple libro. Si el lector decide embarcarse en la aventura de viajar por él, acompañará a los protagonistas por un divertido relato de estructura circular en el que se mezclan realidad y fantasía. El título se debe a primera frase de la historia.
—¿Cómo es escribir un libro? Por dónde se empieza, que surge primero: ¿la historia o los personajes?
En este caso todo empezó por una idea que me llevó a la primera frase: “Se necesitan cuarenta mil palabras para escribir una novela”. A partir de aquí me plateé el reto de construir una historia fácil que hablase del complejo proceso que hace realidad un libro. Después surgieron los personajes y éstos fueron tomando vida propia.
—Hemos señalado que es escritora, editora pero también, sin duda, una gran lectora. Uno de los mensajes del libro es, precisamente, ése: hay que leer. ¿Por qué lo recomienda?
Entiendo que leer ayuda a vivir, a comprender el mundo y a conocerse. Recomiendo mi libro Cuarenta mil palabras, porque es un libro atrevido y abierto a lectores de todas las edades.
—¿Es la primera vez que un libro suyo va acompañado de ilustraciones? ¿Qué papel juegan dentro de la historia?
No es la primera vez que mis textos van acompañados por ilustraciones. Algunos están ilustrados por estudiantes de Bachillerato Artístico del Instituto Gil y Carrasco de Ponferrada. Los dibujos de mi anterior libro El Vencejo Piquito, y el que hoy presentamos, Cuarenta mil palabras, son obra del pintor Jorge Solana. Las ilustraciones son una pausa en la lectura y ayudan a situar al lector en el lugar donde se desarrolla la acción.
—Estamos en una de esas librerías con las que sueña todo escritor, ¿qué supone para usted que una cadena como Bertrand le apoye en la distribución de su libro?
Supone un gran apoyo, porque es una librería muy visitada por lectores de todas las edades. Por lo tanto un buen escaparate para los escritores.